Martes a la madruga, volviendo de la radio con un dolor de garganta insoportable, me bajo del colectivo y decido pasar por la farmacia para comprar algo que aplaque el malestar. Espero que la persona que está delante mío en la ventanilla termine de recibir algunas indicaciones y le pido al farmacéutico "de esos caramelos para la garganta, los que tienen un poco de antibiótico". No tenía idea de cómo se llamaban, ni de sí había distintos tipos o sabores. Me muestra unos, le digo que sí y procedo a abonar.
Cuando me estoy por ir me dice: "¿Vas al Pepsi Music?".
Cara de asombro, no entendía el sentido de esa pregunta a la una y media de la mañana en la ventanilla de la farmacia de turno.
Retruca: "Tenés cara de ir a recitales".
Le contesto que está vez no voy porque no tengo plata. Sonrío, sonríe y me voy.
26.9.07
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