9.10.08

Soy o no soy

El judaísmo, para mi, es más una herencia materna que una religión. Así como heredé las caderas y el temperamento de mi vieja, heredé “esto” que nunca supe muy bien como definir.
Digamos que en cuanto a la fe estoy bastante perdida. No me adoctrinaron de chica, por esa cuestión de que “elija con libertad” (vale aclarar que es matrimonio mixto, no?) y se les pasó el tren. O se me pasó a mí. Qué se yo.
Al principio me lo tomaba como una cuestión familiar más. Pensaba que así como nosotros nos juntábamos de vez en cuando y prendíamos velas, leíamos oraciones en un idioma extraño y comíamos perejil mojado en agua con sal, en la casa de todos mis amiguitos pasaba lo mismo.
Cuando entre a la primaria me di cuenta que no. Todos hablaban de lo aburridas que eran las clases de catequesis mientras yo repetía frases que había memorizado tras años y años de bendición de las velas, del vino, del matzá...
El tiempo pasó y hubo ratos en los que conocer algunas de estas costumbres fue un problema. Ya saben, idiotas hay en todas partes. Pero gracias a esos idiotas que se cruzaron en algún momento me sentí muy unida con el judaísmo, no tanto con su parte religiosa, sino con su parte cultural. Creía en los valores que defiende y otras cosas más…me parecía bastante mística y me gustaba. También me identificaba con la noción de “pueblo”, de nación que trasciende las fronteras…no sé, me sentía parte.
Pero cuando me metí en el medio, frecuenté templos y clubes, descubrí que no me sentía tan cómoda en ese ámbito. La duda de “ser o no ser (judía)” me empezó a correr.
Después vinieron tiempos de materialismo: me bajé de las nubes y la espiritualidad y empecé a necesitar “ver para creer”, pero seguí creyendo que “lo esencial es invisible a los ojos”. Pasa que en el proceso entendí que ni Dios ni las religiones son esenciales, al menos.
Sin embargo, cada año espero ansiosa las fiestas judías. Y no sólo por la comida. Me gustan los ceder, me gusta que otros lean las preguntas que yo leía de chica, me gusta que aunque ya estemos grandes, nos hagan buscar el matzá en vuelto en una servilleta.
Hay demasiadas cosas dando vueltas alrededor del tema. Bastante seguido pienso de qué se trata esto de ser judía o tener familia judía…Todavía no encontré la respuesta y no sé si algún día la voy a tener. Mientras, sigo con mi ambivalencia y acompaño mi no fe yendo al templo para el día del perdón.

2 comentarios:

kmylo dijo...

el yankie puro jom kipuurr jonassss
jeje de consuelo te keda ke Valentino tambien es o no es

por ahora no le corte el piti

Anónimo dijo...

linda reflexion. Pero Dios es esencial.